La posibilidad de que Bolivia alquile su gasoducto a Argentina para exportar gas a Brasil ha sido calificada como una «salida miserable» y poco rentable por el experto Napoleón Pacheco. Según Pacheco, este acuerdo pondría en riesgo los intereses a largo plazo de Bolivia como referente gasífero en la región. Argumenta que el país pasaría de ser un productor potencial a simplemente alquilar los ductos de exportación. Sus declaraciones fueron recogidas por la ANF.
La secretaria de Energía del gobierno argentino, Flavia Royon, informó que se reunió con el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, para discutir la posibilidad de utilizar el gasoducto boliviano para exportar gas a Brasil. Royon mencionó esta posibilidad en su cuenta de Twitter.
Expertos hidrocarburíferos han advertido que Bolivia experimentará una reducción en su producción de gas en los próximos años. Ante esta situación, Álvaro Ríos señala que las autoridades deben buscar urgentemente un uso rentable para los ductos, ya que se espera una disminución en la capacidad de producción de gas en el país.
Ronald Huanca, diputado de Comunidad Ciudadana (CC) y miembro del Comité de Hidrocarburos de la Cámara de Diputados, reconoció que es preferible obtener algún beneficio de los ductos en lugar de no obtener ninguno. Sin embargo, admite que esto va en contra del objetivo original del gasoducto, que era transportar gas natural de Bolivia a Argentina.
Pacheco plantea la posibilidad de que Argentina pague el alquiler de los ductos en especie, es decir, con gas en lugar de divisas. Según él, esto podría ser beneficioso para Bolivia en el futuro si la producción de gas continúa disminuyendo y el país necesita importar gas para satisfacer la demanda interna.
El mercado brasileño es una potencia que requiere grandes cantidades de gas, por lo que es probable que Bolivia aún pueda vender parte de su producción a ese país. Sin embargo, se prevé una disminución significativa en la capacidad de exportación en los próximos años.
La propuesta de alquilar el gasoducto boliviano a Argentina ha generado preocupación tanto en expertos como en legisladores, quienes ven esta opción como una salida poco favorable para Bolivia y en contraposición con los objetivos iniciales del gasoducto.