Según el último Informe Mundial sobre Drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd), un total de 31 países alrededor del mundo han reportado recibir envíos de droga procedentes de Bolivia en los últimos meses. El informe, publicado en Viena a finales de junio, señala la presencia de cocaína boliviana en países de las Américas, Europa y Asia.
Entre los países de la región que han recibido droga boliviana se encuentran Chile, Uruguay, Paraguay, Panamá y Argentina; mientras que en Europa figura Italia y en Oriente Próximo, Líbano. Según el informe, el 60% de las rutas de tráfico de cocaína desde Bolivia llegaron a países de las Américas, un 20% a Europa y un 11% a Asia.
La investigación también destaca la preocupante relación entre la deforestación en la Amazonía y el tráfico de drogas en Sudamérica, señalando que cada vez más grupos criminales operan en esta vasta región que abarca gran parte del continente. La presencia limitada del Estado en áreas amazónicas facilita estas actividades ilícitas.
Leonardo Correa, investigador de la Onudd, advierte sobre las consecuencias de esta actividad ilegal en un entorno ambientalmente vulnerable y culturalmente rico. «Esta actividad ilegal crea unas condiciones propicias para el delito en un entorno ambientalmente vulnerable y donde hay una riqueza cultural muy importante», señaló Correa en declaraciones a EFE.
El informe llega en un momento en que el gobierno del presidente Luis Arce enfrenta fuertes críticas del ala «evista», acusándolo de haber permitido un aumento del narcotráfico en el país. Es importante recordar que la administración de Evo Morales también enfrentó desafíos similares en relación con el narcotráfico. Un estudio de la Unión Europea indicó que el 94% de la producción de coca del Chapare, controlada por las seis federaciones de cocaleros lideradas por Morales, estaba destinada al narcotráfico.
La situación planteada en el informe de la Onudd resalta la necesidad de fortalecer la cooperación internacional y las acciones enérgicas para abordar el tráfico de drogas y sus impactos en diferentes regiones del mundo. La lucha contra el narcotráfico sigue siendo un desafío crucial tanto para Bolivia como para la comunidad internacional.