Sobre una colina, de donde se divisa toda Estambul, se encuentra el Topkapi Sarayi, antigua residencia de los sultanes otomanes, hoy sede del museo más importante de Turquía y uno de los más ricos del mundo.
En 1462 se inicia la construcción de los primeros pabellones y de la doble muralla, y todos los sultanes que se sucedieron hacen ampliar las construcciones. Su aspecto actual, al confronto con las residencias imperiales occidentales, es muy sobrio, aunque su arquitectura es fantasiosa. La principal característica de esta arquitectura es el techo a forma de tienda de campaña, talvez en recuerdo del pasado nómade de este pueblo. Los pabellones que componen la residencia, están formados por pequeñas habitaciones, casi siempre de un piso y se extienden sobre cuatro grandes patios.
En esos tiempos el Topkapy Sarayi estaba defendido por soldados de gran valor, una nutrida guarnición alojaba al lado de la puerta principal, llamada Puerta Imperial, impidiendo el paso a cualquiera que quisiera pasar. La Puerta Mediana, construida por Solimano el Magnífico en 1524, conducía a las habitaciones de la corte del Sultán. La Puerta Principal del Palacio era llamada Babusselam (Puerta dl Saludo) y llevaba la firma de su autor Ameli Mehed.
A los lados de la Puerta Mediana, dos imponentes torres octogonales servían de prisiones a los visires y hombres de estado condenados a muerte, la ejecución consistía en ahorcamiento y los verdugos se lavaban las manos en la Fuente de Sangre. A través de esta puerta podían entrar a caballo solamente los emperadores, todos los demás, incluso los grandes visiris, podían entrar solamente a pie.
En una construcción con una enorme cúpula se reunía el Gran Consejo de Estado presidido por el Gran Visir que escuchaba los debates detrás de una pesada cortina sin ser visto, e intervenía para aprobar o desaprobar según su juicio, las discusiones.
En la parte posterior de la residencia estaban las cocinas, (actualmente los locales hospedan magníficas colecciones de porcelanas, europeas, chinas y japonesas). Para llegar a los apartamentos privados del Sultán, se atravesaba la Puerta de la Felicidad donde todas las veces que se declaraba una guerra santa se exponía la bandera del Sagrado Profeta. A la derecha de esta puerta se encontraban las habitaciones de los “seferli”, jóvenes cristianos escogidos como pajes. Actualmente en estas habitaciones se exponen los vestidos de los sultanes, con riquísimos adornos en plata y oro. En el tercer patio, cerca de la mezquita de Agalar, existe un pabellón donde alojaban las favoritas del Sultán, un harem compuesto por salas, corredores, terrazas y habitaciones. Al centro estaba el apartamento del Sultán, para llegar a este apartamento, la favorita, durante la noche, atravesaba corredores y pequeñas piscinas a varios niveles.
De la antigua arte de pinturas turcas, pocos ejemplares se conservan en el Topkapi Sarayi, y no porque hayan sido robados o destruidos, sino porque no se consideraba un arte noble como en Occidente. Las pocas pinturas que fueron ordenadas por los sultanes a los artistas de la época se distinguen por la falta de perspectiva y los colores brillantes.
Actualmente en el Museo Topkapi Sarayi se encuentran inmensos tesoros como el diamante Kasiksi de 86 kilates, cálices cubiertos de piedras preciosa, candelabros en oro macizo, tronos imponentes de arte indo-turca y una infinidad de joyas únicas en el mundo, como el famoso puñal enviado en dono por el Sultán Mahmut al emperador de Persia Nadir. Este puñal ha servido de argumento para la película “Topkapi” y tiene tres grandes esmeraldas y en la empuñadura un hermoso reloj en miniatura.
El ángulo más sagrado está en la habitación llamada Hirka i Saadet, ahí se conserva el manto de Mahoma, su arco y su espada. Se encuentran también objetos que han pertenecido a los compañeros del Profeta.
Desde la sumidad de este magnífico Palacio, se aprecia toda la ciudad de Estambul, la antigua Constantino polis, con sus preciosos palacios e innumerables mezquitas, la más importante y emblemática es la Basílica de Santa Sofia, convertida en mezquita, luego en museo y actualmente otra vez en mezquita. Centenares los alminares se elevan hacia el cielo, grandes avenidas cruzan la ciudad y muy conocido es su característico Gran Bazar, el más grande y más famoso mercado cubierto del mundo. En el corazón mismo de esta ciudad, con más de 15 millones de habitantes, el Gran Bazar constituye la vitrina de la República Turca, donde es posible encontrar cualquier objeto moderno o antiguo. La parte vieja de la ciudad se caracteriza por esas sus callejuelas estrechas repletas de gente y los vendedores de agua con sus trajes abigarrados hace que Estambul sea una ciudad única donde lo antiguo y lo moderno se unen en una feliz combinación formando un precioso mosaico de colores…