Pasaron siete meses y, salvo pocas excepciones, el planeta se mantiene sufriendo las consecuencias de la pandemia. El coronavirus ha cobrado la vida de 550 mil personas aproximadamente. Entonces es necesario seguir las recomendaciones que emite la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los gobiernos de cada país. Muchas de ellas son sencillas: no salir de casa a menos que se trate de una actividad esencial. Además de lavarse las manos constantemente, utilizar mascarilla facial y respetar el distanciamiento social.
Los organismos pertinentes identificaron dos vías por las cuales se contagia el COVID-19. Una de ellas es a través de gotas que se expulsan al aire cuando una persona estornuda o tose. Mientras que la otra es por medio de las partículas que expulsa el ser humano cuando habla. Es entonces cuando se soporta la utilidad del uso de la mascarilla, pues estás protegiendo a los demás si eres portador del virus. Además de protegerte de infectarte de otra persona.
Pero no se trata de una simple suposición o aplicación de la lógica. Hay una base científica, que demuestra con cifras, como disminuye el riesgo de contagio en personas que utilizan el tapabocas. El estudio fue realizado por un equipo del Hospital de Niños Davis de la Universidad de California y publicado en el portal Daily Mail.
Disminución de riesgo de contagio de coronavirus
Tener la boca y la nariz tapadas es doblemente beneficioso. Protege el contagio a los sanos y evita la propagación de los infectados. «Sabemos que el distanciamiento social reduce el riesgo de transmitir el virus en un 90 por ciento, y usar máscaras disminuye el riesgo en un 65 por ciento», aseguran los científicos. Quienes además aprovecharon para recomendar que mientras las personas se encuentren en lugares cerrados, abran las ventanas. La idea es que el aire fluya y quede lo más lejos posible de ser aspirado.